El roble común (Quercus pyrenaica), también conocido como rebollo, carballo y melojo entre otros nombres, es un árbol de la familia de las Fagáceas, como por ejemplo el castaño entre otros.
Historia
El nombre específico de «Pyrenaica«, se debe al botánico alemán Carl Ludwig von Willdenow (1765-1812). Esta denominación es en realidad muy inapropiada, ya que su presencia en los Pirineos es escasa y su área de distribución se extiende a toda la Península Ibérica, Francia y el norte de Marruecos.
Von Willdenow basó su descripción de esta especie en muestras de un herbario que le llegó con una etiqueta que atribuía incorrectamente esta procedencia. Y esta designación sigue siendo válida hasta hoy, según las reglas de la nomenclatura botánica.
En Europa, durante la última glaciación, las poblaciones de Quercus quedaron confinadas en tres zonas de refugio en España, Italia y los Balcanes y luego recolonizaron el continente europeo.
El científico francés Antoine Kremer ha estudiado, comparando los datos genéticos y palinológicos de los pólenes fósiles de los dos robles más extendidos en Europa, Quercus robur y Quercus petraea y las rutas de colonización seguidas por los distintos linajes. Las montañas y en particular los Alpes, han frenado o desviado a veces el avance, pero la trayectoria sur-norte es constantemente visible.
De este modo, los robles que se refugiaron en la Península Ibérica y en Italia colonizaron toda la zona del oeste a lo largo del eje Toulouse-Colonia-Amsterdam y exclusivamente las Islas Británicas. Los robles que se refugiaron en los Balcanes avanzaron hacia Europa del Este y Rusia. Del análisis palinológico se desprende un dato sorprendente sobre la velocidad de esta progresión: Por término medio, los robles avanzaron 380 m al año, con picos de 500 m al año en determinados momentos.
Descripción del Quercus pyrenaica o Roble común
Su morfología es mayoritariamente columnar, no alcanza los 25 metros y su desarrollo es lento. Soporta bien la sequía, así como las heladas, en suelos pobres se encuentra frecuentemente en forma de arbolito.
Como todas las especies del género Quercus, se hibrida fácilmente con otros congéneres, la encina y el alcornoque, dando individuos con caracteres intermedios.
Su tronco, recto o sinuoso, suele tener una forma muy irregular, ramificándose desde la base, aunque después pierde las ramas inferiores.
La corteza del Quercus pyrenaica o Roble común es lisa y de color verde grisáceo hasta los dos o tres años. Luego cambia a un gris más oscuro y a partir de los 25 años se vuelve más gruesa, comenzando a agrietarse longitudinalmente y tomando un color marrón-grisáceo.
El sistema radicular consta de una poderosa raíz principal de la que salen numerosas raíces laterales cerca de la superficie del suelo. Estos estolones producen ligeros brotes con un desarrollo desigual. Si se corta el tronco principal, estos brotes se desarrollan abundantemente cubriendo grandes áreas.
Las Hojas del Quercus pyrenaica o Roble común
Las hojas del Quercus pyrenaica o Roble común poseen un pecíolo corto (hasta 25 mm) y un limbo pinnatifido o pinnatipartido atravesado por 4-8 pares de lóbulos laterales profundos, estrechos e irregulares, que llegan muy cerca del nervio medio. Miden de 7 a 16 cm de longitud, y al nacer tienen un atractivo color carmesí.
Están cubiertas por ambas caras de abundantes pelos estrellados que tienden a desprenderse por el haz. Dándole un color ceniciento en el reverso y más verde en el haz. A veces se confunde el melojo con el roble velloso, debido a que las hojas de este último pueden ser algo peludas en el haz cuando son adultas, pero son menos profundamente lobuladas que las de Quercus pyrenaica.
Las hojas del Quercus pyrenaica o Roble común permanecen en el árbol una vez muertas hasta que aparecen otras nuevas en primavera, dando un aspecto característico de los bosques de melojo de invierno.
Las flores del Quercus pyrenaica o Roble común
Las flores masculinas y femeninas del Quercus pyrenaica o Roble común surgen en el mismo árbol, en abril, mayo o principios de junio.
Sus flores masculinas son amarillentas y diminutas, con un número variable de estambres y agrupadas en amentos colgantes. En cambio las flores femeninas se muestran solitarias o en grupos de tres o cuatro, en las axilas de las ramitas del último año.
Los frutos del Quercus pyrenaica o Roble común
Sus frutos son grandes bellotas, con un pedúnculo corto y rechoncho, de unos 3-4 cm de longitud, cubierto en 1/3-1/2 por una cúpula semiesférica, en forma de dedal, peluda y con varias escamas caídas. Nacen solas o en grupos dos o tres y maduran en octubre o noviembre. La carne de los frutos del Quercus pyrenaica o Roble común tiene un sabor amargo.
El fruto no debe confundirse con las excrecencias (protuberancias esféricas) llamadas «agallas» que son muy frecuentes en los ejemplares adultos. Estos «tumores» son malformaciones debidas a la proliferación de las células vegetales de la propia planta. Se producen como autodefensa del árbol frente a las larvas depositadas por diversas especies de himenópteros en las hojas, ramillas y brotes de estos robles. La agalla desarrolla tejidos vegetales estratificados, que dan alimento y protección a las larvas.
Distribución y hábitat del Quercus pyrenaica o Roble común
El Quercus pyrenaica o Roble común vive en el Mediterráneo occidental. Desde el norte llega hasta las zonas occidentales de Francia (desde el nivel del mar hasta los 500 metros), mientras que al sur sólo existe en el noroeste de África, en el norte de Marruecos, alcanzando su frontera sur en el macizo del Rif.
En la mayor parte de su área de distribución hay una precipitación anual de 650 a 1.200 mm. Su periodo vegetativo coincide con la falta de lluvias en verano.
Especie de exposición soleada o media-luz y de temperamento robusto, arraiga en suelos de diversa índole (cuarcitas, areniscas, pizarras, micaesquistos, gneises, granitos y arenas más o menos arcillosas; raro en suelos calcáreos o dolomíticos descalcificados).
En la Península Ibérica es más o menos frecuente en todas las regiones del interior, sobre todo en las montañas del centro y del cuadrante noroeste. Principalmente en las laderas de las montañas silíceas, entre 400 y 1600 metros de altitud y algo más en Andalucía, (2000 metros en Sierra Nevada).
Falta en las Islas Baleares y en el sureste es muy escaso debido a los suelos calcáreos y al clima seco, aunque se extiende a las provincias de Cádiz, Málaga y Granada en el sur y llega hasta la Sierra de Prades en Tarragona, hacia el este.
Los melojos comienzan a crecer en las alturas donde terminan las encinas y los alcornoques y suelen entrar en contacto con los pinares, por lo que a veces se destruyen para favorecer las plantaciones de pinos mediterráneos.
En ocasiones encontramos al Quercus pyrenaica o Roble común formando bosques mixtos junto al Quercus robur y la encina (Quercus ilex).
Curiosidades de la especie Quercus pyrenaica o Roble común
El rebollo sufrió más que ningún otro representante de su especie la epidemia de oídio, que lo diezmó a principios del siglo XX. Las continuas podas favorecieron la propagación del hongo y la degeneración y decadencia de la especie.
En algunas zonas se encuentran individuos en mal estado o aislados. En otras resisten en grupos de ejemplares retorcidos, o se recuperan entre otras especies, acompañando al haya o al roble.
Desgraciadamente, muchas laderas, que antes estaban arboladas y ahora están desbrozadas o deforestadas, sufren también una erosión irreversible. Por lo que es importante destacar el importante papel que desempeña el melojo en la fijación de los suelos más sueltos con sus extensas raíces.
La permanencia de las hojas secas en el follaje, o el retraso de la caída de las hojas, es un fenómeno que no se conoce del todo. Aunque está claro que es una variante de los árboles de hoja caduca, en los que la separación de las hojas no se produce hasta el empuje de las yemas en la temporada siguiente.
Con el acortamiento otoñal del fotoperiodo, las plantas reabsorben los nutrientes y el agua de las hojas, cierran automáticamente los vasos conductores y dejan los pecíolos unidos a las ramas. Si el viento no lo impide, este ligero atado es suficiente para que el árbol conserve sus hojas secas hasta la llegada de la primavera. El comportamiento de los individuos de una misma especie no es totalmente idéntico. Los brotes de los tocones, los individuos jóvenes o las ramas inferiores de los troncos adultos, conservan más hojas secas que las ramas más altas, que con frecuencia pierden su cobertura.
Sea como fuere, la relación entre la retención de hojas secas y el temperamento intermedio del melojo, a caballo entre el mundo mediterráneo (perenne) y el atlántico (caducifolio), es un misterio. No está claro si conservar las hojas aportaría beneficios, aunque quizá permita un mayor grado de protección de los brotes de las hojas.
Tipos y variedades de robles
La clasificación taxonómica de las especies del género Quercus es muy difícil, ya que son frecuentes los fenómenos de hibridación entre especies que comparten el mismo territorio. Dando lugar a individuos con características intermedias (pero a veces muy diferentes), que algunos estudiosos tienden a considerar como nuevas especies, mientras que otros las adscriben como subespecies o variedades de especies ya existentes.
Quercus ilex (encina)
Árbol majestuoso de hoja perenne, típico de las zonas submediterráneas o mediterráneas menos tórridas. En condiciones óptimas puede alcanzar los 20-30 m de altura y puede encontrarse desde el matorral costero hasta las montañas.
Quercus petraea
Especie caducifolia de gran tamaño con un hábito regular y un follaje muy denso. Es una de las variedades de roble más común en la península ibérica.
Quercus pubescens (roble pubescente)
Especie muy rústica, se da en las zonas septentrionales y prefiere los lugares protegidos del frío. Es un roble de tamaño medio, de crecimiento lento y caducifolio (pero que suele conservar sus hojas marrones incluso en invierno).
Suele vivir entre 200 y 300 años y que es típico del centro-oeste de Europa. Algunos ejemplares pueden alcanzar edades muy superiores y estan considerados monumentos naturales. Como el roble que crece en Tricarico (en Grottone), que tiene una edad estimada de 614 años, con una circunferencia de tronco de 6,43 metros y una altura de unos 20 metros.
Quercus robur
Un gran roble caducifolio, más común en las zonas del norte y más raro en el sur, se diferencia del roble principalmente por los largos pedúnculos de las bellotas, las hojas sésiles y el hábito más irregular.
Algunos autores consideran que Q. petraea, Q robur y Q. pubescens son tres subespecies o variedades de una única especie.
Quercus rubra o roble americano
Quercus rubra, roble rojo americano, roble boreal rojo americano o roble rojo del norte. Las bellotas maduran en 18 meses y tienen un sabor muy amargo. Las hojas suelen tener lóbulos terminados en un número variable de puntas agudas, pero son flexibles y no hirientes.
Subgénero Quercus, sección Mesobalanus
Similar a la anterior, estilos largos, bellotas maduras en 6 meses, dulces o ligeramente amargas; interior de la cúpula de la bellota glabro.
Quercus frainetto
Especie caducifolia de crecimiento rápido, tiene hojas más grandes que otros robles, lóbulos más profundos y márgenes paralelos.
Quercus pyrenaica o Roble común
Especie caducifolia con hojas de color verde intenso y lóbulos profundos y estrechos.
Subgénero Quercus, sección Cerris
Estilos largos, las bellotas maduran en 18 meses, muy amargas. El interior de la cúpula de la bellota es glabro o ligeramente peludo.
Quercus cerris (roble pavo)
Especie caducifolia de crecimiento rápido, originaria de las regiones del sureste de Europa, pero también muy presente en España.
Es una planta majestuosa de follaje ovoide y muy decorativa. La madera no es especialmente valiosa en comparación con otros robles locales, debido a la falta de taninos que determinan una escasa resistencia a las adversidades.
Quercus coccifera (roble espinoso)
Extendido casi exclusivamente en el oeste de Liguria, Sicilia y Cerdeña, de hoja perenne, de porte arbustivo (no supera los 2 m de altura).
Quercus gussonei (roble de Gussone)
Endémico de Sicilia, muy extendido en la vertiente tirrena del Nebrodi y en el bosque de Ficuzza.
Quercus suber (alcornoque)
Una especie de hoja perenne de aspecto similar a la encina, es botánicamente más cercana al roble de pavo. Poco tolerante al frío, la corteza es característica y cubre tanto el tronco como las ramificaciones mayores. Descortezando periódicamente el tronco, se obtiene el corcho.
Quercus trojana (Fragno)
Especie semileñosa y arbustiva.
Usos y propiedades del roble
El roble es un árbol muy apreciado por las cualidades de su madera, aunque también tiene otros usos:
Usos de la madera de Roble
Las maderas de roble más valiosas se denominan generalmente roble, sin distinguir las especies botánicas.
La madera del roble es la más apreciada para la crianza de vinos y licores. Las siguientes variedades son las preferidas en la enología:
Roble de Francia (Q. petraea) con producción en Allier, Argonne, Borgoña, Nevers, Auvergne (Tronçais) y en los Vosgos, con características diferentes de una zona a otra pero siempre bien equilibradas en taninos y aromas.
Roble del Cáucaso (Q. petraea), muy similar al de la producción francesa pero con un precio ligeramente inferior.
El Roble de Eslavonia (Q. robur), grano de madera medio, nivel medio de taninos y pocos aromas.
Roble de Limousin (Q. robur), grano de madera grueso, muchos taninos y pocos aromas; utilizado para Chardonnay y brandy.
Roble portugués (Q. garryana, de origen americano); grano de madera medio, buen aroma y precio muy económico.
Usos terapéuticos y otros
Advertencia
La información proporcionada no es un consejo médico y puede no ser exacta. El contenido es meramente ilustrativo y no sustituye al asesoramiento médico: lea las advertencias.
El roble tiene propiedades astringentes, hemostáticas, antiinflamatorias y analgésicas de la cavidad oral. Utilizado como decocción o infusión para el lavado, disminuye la sudoración.
Son plantas visitadas por las abejas para la producción de miel.
Propiedades y Usos del Quercus pyrenaica o Roble común
Al tener una madera deformable, de peor calidad que las otras especies del grupo robur, debido a sus troncos menos gruesos y más irregulares (es difícil encontrar piezas suficientemente rectas y con un tamaño adecuado para trabajos de carpintería).
Se utiliza principalmente para traviesas de ferrocarril, vigas para edificios rurales o postes de teléfono, así como para puertas y ventanas. Pero por su facilidad para renacer de la raíz es muy adecuado para proporcionar madera y carbón de excelente calidad, utilizando sus ramitas.
Como en otros árboles de su clase, la corteza posee una gran cantidad de taninos, por lo que se emplea en el curtido de pieles, siendo preferida a la del roble (Quercus robur) y otros robles.
Las bellotas se utilizan para alimentar al ganado en otoño e invierno, aunque las de otras especies con hojas perennes, especialmente la encina, son mejores, En primavera brotan los brotes tiernos, tanto del árbol como de las raíces, ayudando así a desbastar el suelo y mantenerlo fértil y apto para un excelente pastoreo.
Los lugares poblados por este tipo de roble (Quercus pyrenaica o Roble común), son un buen entorno para el senderismo, el excursionismo y la caza. La fuerza de su sistema radicular permite la formación y conservación de un excelente suelo que regula el régimen hidrológico.
Simbolismo
La rama de roble era para los romanos un símbolo de virtud, fuerza, valor, dignidad y perseverancia. Siempre ha sido un símbolo de fuerza, virilidad y valor en el ámbito militar, al igual que la rama de olivo es un símbolo de paz (ambos aparecen en el emblema de la República Italiana).
El roble es también el símbolo del rey de los dioses Zeus.
Una rama de roble aparece en la moneda de un céntimo de euro de Alemania.
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